Érase una vez que se era
una hermosa Estrella
deslizándose temblorosa
por un Arco da Vella.
Era tan cariñosa y tan buena
qué pronto se hizo amiga de su vecina Luna,
un cielo de perra y muy juguetona ella.
Como a toda la familia,
le gusta bajar al Peiral
a tomar el sol y pasárselo genial.
Me gustaría saber
que guarda en esa cabecita
esta Estrella que llena tanto nuestra casa
de cariño y compañía ... sin pedir nunca nada.
Y colorín de esperanza
qué este cuento aquí no acaba.