Acababa de amanecer desde el Nuevo Ansal,
cuando por babor o por estribor...
apareció este catamarán
por la punta del espigón.
Lo acompañaba en su despedida el vuelo de una gaviota.
Entre los mástiles que luego aguantarían sus velas, se divisa Cariño de Arriba.
Y las casas de Vila, donde había alguna zona sombría... aún faltaba por salir un cachiño de día...