Erase una vez que se era
un día gris de primavera,
algo triste y con poco color.
De repente un resplandor,
anuncia que el Arco da Vella se formó
y la tarde alegremente iluminó.
Como si emergiera del mar
envuelve los alrededores del Peiral.
Y parte el cielo,
de azul se pone a pintar.
Desde Cariño, 29 de abril de 2014.
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