Erase una vez... un rosado y azul atardecer rindiéndose a la grandeza de la proa del Andrea Añón; al fondo, inamovible y escondido tras el mismo, se encuentra el Monte Mazanteo. Entre maniobras, cabos y luces,como en tantos días pasados, atracaba al muelle comercial de Cariño.
Cariño, Junio 2014.